La cocina desprende una variedad de aromas irresistibles. Es muy agradable para nuestro olfato poder impregnarnos de distintas fragancias como el inconfundible olor a brasas que anticipan un rico asado o el perfume a especias que desprende una deliciosa salsa. Pero en la pastelería también encontramos aromas agradables como el que se percibe de los Scones recién horneados, unos manjares que pueden alegrarnos tanto una merienda como también un desayuno o un tentempié.
Si pensamos en estos bocaditos es inevitable que nos remitamos a Inglaterra, país en el que están entrañados formando parte de su ADN. Al seguir adentrándonos en la historia, inmediatamente nos podemos imaginar un reloj que marca las cinco de la tarde, la hora tradicional por excelencia para deleitarse con una rica merienda. Además podemos pensar en una enorme mesa de estilo con una tetera y un recipiente con estos deliciosos scones. Si dejamos volar aún más la imaginación podemos ver en su cabecera a la reina Victoria, como aseveran algunos documentos históricos de la época.
Pero en realidad, antes de viajar a Inglaterra, los scones vieron la luz en Escocia a fines del Siglo XVI. Algunos historiadores afirman que la palabra Scone tiene vinculación con la frase "Stone of destinity" que hace alusión al lugar donde fueron coronados los monarcas. Sin embargo, otros disienten y opinan que el vocablo deriva de la palabra alemana Schoonbrot que quiere decir pan de textura fina o de Sconbrot que hace referencia a un pan fino de suave textura.
Más allá de esta diferencia de criterios, no está demás recordar que estos bocaditos son unos panes similares a la galleta americana con más grosor. Los podemos encontrar como bollitos redondos más irregulares o más perfectos, según el gusto del cocinero. Pero también, los más osados suelen optar por darle un formato triangular respetando la misma preparación.
Si al verlos apreciamos su color dorado del exterior y al probarlos comprobamos su textura suave, podemos tener la certeza que estamos frente a unos increíbles scones. Su elaboración es muy sencilla. Con un poco de harina leudante o polvo de hornear, azúcar, manteca, huevo, crema de leche y un golpe de horno podemos tener en nuestra mesa estos ricos manjares de apariencia dorada por fuera y textura suave por dentro.
En actualidad, muchos chefs ambiciosos no se conforman con presentarlos solos y optan por rellenarlos con frutas secas, mermeladas, quesos o dátiles. Incluso algunos prefieren adaptar esta receta y elaborar scones en diferentes versiones saladas.
Quedó demostrado que hay variantes para todos los gustos. Sólo hay que poner en práctica la imaginación o simplemente ponerse a cocinar.
A continuación, aprendé a preparar unos Scones tradicionales:
Correcciones:
ResponderEliminarBuen posteo. Buscar que sean más atractivo cada vez. Las historias y las frases son la clave.
Bien el trabajo.