domingo, 25 de septiembre de 2011

La segunda de Plato Hondo

La palabra magdalena nos remite inmediatamente a un nombre de mujer pero casi en el mismo segundo, se nos hace agua la boca al pensar en este exquisito manjar de la pastelería. El paso del tiempo no hace más que legitimar este clásico, presente en nuestros desayunos y meriendas. Se trata de esos sabores que están siempre presentes en la carta de aromas que almacena nuestro cerebro. Basta con nombrar esa palabra mágica para despertarlo.

Estos bizcochos dulces pueden ser preparados tanto por un principiante como por un experto de la gastronomía. Podemos tener la certeza de que con unos pocos ingredientes como harina, huevos, manteca, limón, levadura y azúcar; un horno y un poco de tiempo vamos a poder degustar esta verdadera delicia. Pero lo que no es tan concreto como su elaboración es su orígen, rodeado de diferentes versiones que quedan a disposición de los distintos comensales.

Parece que el rey de Polonia, Stanislas Leszczynski, quedó tan enloquecido con estos esponjosos manjares con forma de ostra que los bautizó en honor al nombre de su autora, una pequeña criada llamada Madeleine Paulmier que lo servía en su palacio. Esta leyenda data de Lorena, región de Francia donde el monarca vivía luego de haberse exiliado de sus tierras.

Pero otra hoja de la historia cuenta que su posible procedencia se remonta a la época de los peregrinajes a Santiago de Compostela. Allí, una chica de nombre Madalena les servía a los peregrinos pastelitos en forma de ostras, símbolo de ese lugar. Luego, estos bocaditos se extendieron a lo largo de todo Santiago, razón que explicaría por qué las magdalenas tienen tanto arraigo en España. Además, esta versión de los hechos también sirve para entender que la rugosidad en la parte inferior de este bizcocho tiene como objetivo imitar la textura de las conchas.


Podríamos decir que las magdalenas tienen como hijos predilectos a los Muffins y Cupcakes, dos parientes que veremos en detalle más adelante.
De naranja, chocolate o las clásicas de limón, estos manjares son siempre aceptados en nuestra cocina. Cualquiera sea la opción que elijamos, estamos aptos para preparar esta delicia e impregnar toda la casa con su aroma. ¡Manos a la masa!


1 comentario:

  1. Correcciones:
    Muy bien la sección.
    Releer siempre, evitar los errores de formato y espacios.
    Bien por el video. Suma mucho.

    ResponderEliminar